Nadie puede negar que vivimos en un mundo de feroz competitividad ¿verdad? y ni tampoco podemos negar que la competitividad es muy buena en cuanto obliga a empresas, negocios, organizaciones y personas a sacudirse la pereza y la mediocridad buscando fórmulas mejores y más innovadoras.
Si no fuera por la competitividad estaríamos aun en la Edad Media.
De alguna forma todos estamos obligados a ser competitivos para así poder lograr un mundo mejor.
Siempre que sea una competición noble, responsables. honesta y solidaria.
Tan sólo los peores y los mediocres seguirán haciendo o repitiendo lo mismo que el resto.
Ya sabes, innovar o morir.