La verdad, a mi no me sale el decirle a alguien cómo se logra el éxito cuando yo a lo mejor no lo tengo.
Me refiero tanto al éxito profesional como al personal, los cuales, aunque a veces no lo parezca, van unidos en gran medida. O del todo unidos.
¿Podemos ser sólo profesionales sin que nos afecte lo personal?
No se puede hablar de éxito completo si una de las dos partes, la profesional o la personal, falla.
Por ejemplo, si fuera un gran directivo de éxito -alto sueldo, economía solvente, elevada reputación, vida cómoda, lujo, alto status social, etc- pero luego sentimentalmente estuviera mal, me encontrara solo, con graves conflictos familiares, que personas muy queridas o de mi entorno familiar cercano estuvieran muy enfermos, o me surgieran grandes dudas existenciales, entonces todo el éxito profesional que pudiera tener se podría ver muy «tocado».
Y ojo, digo «tocado» porque no podemos evitar tener emociones y que estas nos afecten, todavía no somos robots.
E incluso si fuéramos las típicas personas que no nos importa nada, que somos egoístas, unos trepas y sólo pensamos en nosotros mismos, tarde o temprano el mundo emocional nos afectará. Nos dará el «toque».
Por eso no sería quien le dijera a nadie eso tan típico de que hay unas claves X para lograr el éxito.
Y es que ante todo, antes que cualquier otra cosa, y si queremos ser creíbles, debemos ser honrados y honestos.
Lo que me resulta «raro, raro, raro» es que haya tanta gente que «sepa» cómo «arreglarle» la vida a los demás ¿no?
¿Y a ellos quién se la arregla? ¿Otros como ellos? ¿Guías ciegos que guían a otros ciegos?
Muchas gracias por tu atención, atentamente
Juan J. Tamayo
Día 16 de Noviembre del Año de Nuestro Señor de 2017